
Noche de lujo: “The Caviar Experience” en Rosell Boher Lodge
9 agosto, 2018
Confirmado, hay público en Córdoba para una cena de $ 7.000 (Goulu completó el cupo en su noche de caviar)
9 agosto, 2018Pries, de 50 años, estudió Relaciones Públicas y en 2003 comenzó a organizar eventos en distintas capitales latinoamericanas que llamó Expo Lujo. «Había helicópteros, jets privados, joyas, relojes, autos, desfiles», recuerda. Iban empresarios y celebridades, y las marcas más renombradas del mundo instalaban ahí sus stands. En uno de esos eventos, en Santiago de Chile, Pries decidió agasajar a sus invitados con dos kilos de caviar. «El tema del caviar me quedó en la cabeza y a partir de ese momento dije: quiero ser el mejor en eso y quiero ser el único. Así me decidí a volcarme exclusivamente a este tema», cuenta a LA NACION.
"Tengo que dedicarme a algo que nadie más sepa», pensó hace muchos años y luego de una fiesta fastuosa Pablo Pries, que es hoy el único «caviar máster» del país y acaba de abrir el primer «caviar bar» de Buenos Aires. Podría decirse que su revelación nocturna y la decisión de apostar al segmento más exclusivo en un contexto de crisis como el actual integran la larga lista de excentricidades de Pries, que se define a sí mismo como un «bon vivant» con el gusto refinado por la década que trabajó como «inspector de hoteles de lujo» para las revistas de la editorial británica Condé Nast.
El especialista cuenta que desde 2002 está prohibido la pesca de esturión a nivel mundial y por eso ya no hay caviar salvaje, sino que es todo de granja, y que el mayor productor mundial es China y el segundo, Italia. Él es el único importador de caviar europeo en el país y el representante de la firma italiana Calvisius en Sudamérica. Además, tiene su propia marca de caviar: Centurion, producida por Calvisius.
Ahora Pries está incursionando en el “caviar de caracol”, es decir, en las huevas de esos moluscos terrestres, que son como pequeñas perlas blancas. Tiene participación en una producción en Chile y asegura que el año próximo ya estará en condiciones de traer algunos gramos a la Argentina.
Otra de sus “ideas locas” fue el servicio de delivery que ofreció el verano pasado a los yates estacionados en Punta del Este. “Iba con un carrito de golf por los yates, de día y de noche, llevando caviar y champán frío para el que lo necesitara”, apunta. Sin embargo, reconoce que no fue una explosión. “Este año Punta del Este fue duro -señala-. Hubo un 40% menos de argentinos, que son los que más consumen caviar. También consumen algo los brasileños y los paraguayos, pero los uruguayos no”.