Para saborear las huevas de esturión es fundamental que la temperatura sea la adecuada: debe conservarse y consumirse entre los 0 y 4 grados. Para que no interfiera ningún otro sabor se sirve utilizando una cuchara de nácar y se coloca una pequeña cantidad –entre 5 y 10 gramos- en el dorso de la mano, entre el dedo índice y el pulgar.
Luego debe inclinarse el puño hacia la luz para apreciar el color y el brillo, y asegurar la ausencia de huevos rotos y exceso de aceite. Después de unos segundos en la mano el caviar se calienta ligeramente y la evaporación de las moléculas aromáticas, que de otra manera difícilmente se percibe a 0° C, se intensifica.